The same (sort of) but in English

domingo, 6 de septiembre de 2020

Raíces



Hace mucho que no escribo. Hace más todavía que no escribo algo que me parezca que vale un poquito la pena. No sé por dónde empezar. Escribir es como deshacer nudos. Necesitas encontrar una hebra para tirar de ahí. 

El problema es el encierro. Quiero decir que en el encierro está todo demasiado cerca de sí mismo y es imposible encontrar nada. Me muevo despacio para no tropezar, para no lastimarme, para no arrancar las hierbas que nacen. 

Me muevo en cámara lenta y eso hace que el tiempo pase más de prisa. Aunque tal vez al tiempo no le importo yo, ni mis precauciones, ni el sonido del agua. 

Creo que el tiempo se escurre por la vida como el agua sobre la tierra muy seca y después crecen flores en lugares impredecibles. 

Creo que todo esto es una metáfora de algo pero no sé de qué. No sé si yo sería el agua o la grieta o el lugar impredecible. No soy una flor, o es lo menos probable, aunque cuando siembro sí soy una planta, pero no la más grande, ni la más fuerte ni la primera en nacer. Soy esa planta más bien tímida con una hoja más pequeña que la otra y que no ha logrado soltar la semilla y se arquea un poco en dirección al sol. 

Creo que secretamente mis plantas saben que las quiero. Por eso echan raíces. Mis plantas echan raíces porque así ni a ellas ni a mí nos llevará el viento, aunque a veces sintamos que estamos a punto de ahogarnos en una grieta en un lugar impredecible. 

Esto no es lo que tenía pensado escribir cuando subí por la libreta. 

Creo que mi cabeza es un jardín al que no entraba en mucho tiempo, por eso ya no recuerdo a dónde llevan los caminos y tengo que detenerme a levantar la maleza. También creo que la maleza son sólo plantas que tienen un nombre que yo no conozco, por eso no las arranco aunque muchas veces se me enreden en los pies. Tal vez yo soy la maleza. Lo que quiero decir es que no hay sendero y por eso termino escribiendo cualquier cosa. Parece que se me olvidó lo que estaba buscando cuando entré al jardín y me moví por donde pude para no molestar a las plantas.

Creo que las plantas sabían que iba a venir a visitarlas y me llevaron a los sitios donde hacía falta remover la tierra y encontrar una grieta y dejarme de historias.